Tenia unos 21 años por aquella época, ahora cuento con 31, y estaba saliendo con un chico bastante aniñado y que sólo quería ir a jugar al fútbol con los amigos y no cuidaba demasiado la relación que tenía. En aquella época que vivíamos aún con nuestros padres y aprovechábamos algún descuido de ellos para tener sexo en alguna de las dos casas, o en el coche en algún sitio apartado. No había otra manera.
Todo ocurrió terminando el verano en una época que no parábamos de discutir. Estábamos todo el día enfadados y durante tres días no nos dirigimos la palabra. Fue una noche en la que salimos todo el grupo a Benalmádena y entramos en la Discoteca Kiu. Mi ex no estaba conmigo y se quitaba de en medio con relativa normalidad lo que yo aproveché para hablar con mis amigas y amigos… recuerdo que esa noche estaba harta de mi ex y me lo quería quitar de en medio, y entre copa y copa me puse bastante mareada.
La noche seguía su curso y tuvimos una bronca importante en la calle y se fue mosqueado. Yo pasé de irme y me quedé con mi gente ya que sólo serían las 2 de la mañana y tenía muchas ganas de bailar. El problema llegó cuando ya llegó la hora de irse y no tenia a nadie con quien irme… salimos a la calle y aunque algunas amigas y amigos me podían acercar a casa, me encontré con un antiguo compañero de clase con el que me llevaba muy bien y empezamos a hablar. Mis amigas y amigos se iban yendo y me preguntaban si me acercaban a casa pero Raúl (el chico con el que hablaba) me dijo que me llevaba él ya que apenas había bebido. Así que me quedé y nos fuimos a una cervecería que aún tenía bastante ambiente.
Raúl es un chico alto y bastante mono, pero lo mejor es que siempre ha hecho mucho deporte porque era nadador, y guardaba un tipo perfecto. Era simpático y muy hablador y yo intuía en el pasado que siempre quiso algo conmigo… pero yo lo veía más como un amigo.
Nos pedimos un par de cervezas y me contó un poco su vida: trabajo de verano, universidad en Granada, antiguas novias… y de mezclar tanto no podía dejar de mirarle la boca y desear comérsela. Iba con un vaquero que le hacia un paquete interesante y un polo negro ajustado que dejaba entrever su cuerpo fibrado. Yo por el contrario iba con un vestido que no recuerdo bien, pero lo que no se me olvida es que no paraba de bajármelo porque se me subía.
Tras una vuelta del wc, me doy cuenta que esta hablando con otra chica muy mona y me dio un poco de celos… así que cuando llegué, le cogí del brazo y le di un beso en los labios. Automáticamente la chica se dio cuenta y se fue… para mi sorpresa posterior, era su prima… y me puse super colorada, pero ya no había vuelta atrás… le dije que nos fuéramos porque era una zona donde nos podían ver personas cercanas a mi entorno y me daba miedo que me vieran.
Cuando llegamos a su coche, que estaba bastante alejado, me apoyó sobre el lateral y me apretó con su cuerpo y empezó a enrollarse conmigo… Estaba algo desbocado aunque me apetecía un montón. Sabía que era el final de mi relación pero deseaba dejarme llevar y apreté su culo contra mi y noté que poco a poco se estaba empalmando. Se apartó en un momento y me dijo: “¿Donde podemos ir?…y le contesté: A mi casa de Málaga”
Mis padres tienen un apartamento en la costa y en verano están allí, por lo que la casa de Málaga estaba vacía y tenía las llaves en mi bolso… y allí nos dirigimos.
Por el camino hubo momentos en los que estuve a punto de echarme atrás, pero las manos de Raúl en mi muslo, sin llegar a tocarme el sexo… me convencían de lo contrario.
El trayecto duró unos quince minutos y aparcamos justo en la puerta. Estaba casi amaneciendo y sabía que cuando llegara a casa mis padres me iban a regañar, pero me dio igual. Entramos en la casa y fuimos directos al salón… allí se sentó él en el sillón y sin esperar a nada me puse encima de él, a horcajadas y empezamos a enrollarnos. Estaba muy caliente y el alcohol no me ayudaba a calmarme… mientras nos besábamos, Raúl apartaba con un par de dedos mi tanga y me acariciaba el clítoris… estábamos muy calientes los dos… y mi mano buscó su polla por encima del pantalón… estábamos a punto los dos. Ahora con la distancia, una se da cuenta que éramos muy torpes, pero fue un momento muy morboso…
Le cogí de la mano y me lo llevé a mi cama. Allí, con la oscuridad que aún nos envolvía, encendí la luz de mi mesita de noche y le quité el polo y los pantalones. Llevaba un slip negro pero tenía media polla fuera… y vaya polla! No tardó en quitárselo y salió aquello como un resorte, mientras yo me quitaba el vestido y mi ropa interior… y nos tumbamos. Pronto se puso encima y comenzábamos a besarnos… mientras lo hacíamos, su polla se rozaba con mi coño que estaba muy húmedo y bajó a comérmelo.
Lo hacía bastante bien y recuerdo que sus dedos entraban y salían de mi con fuerza, por lo que tuve que calmarlo y ya cogió el ritmo que me hacía perder la cabeza… que a gusto estaba pero tenía ganas de comérserla a él, así que lo tumbé y comencé a mamársela. Tenía una polla considerable y completamente recta, no como la de mi ex, y bastante más grande que la suya… no tenía fimosis por lo que jugaba mucho con su pellejo y su capullo y eso le encantaba… Pero había un problema, ya que no teníamos condones…
Al ser tan jóvenes y no tener medios anticonceptivos, el temor nos invadió pero el placer lo venció y me puse encima suya, tumbada en su pecho, y me metí su preciosa polla en mi coño con movimientos de cadera… una vez que estaba dentro, aquello ya no podía parar y empecé a moverme lentamente para ir acelerando… Mis pechos son de tamaño medio pero bien puestos y Raúl quería que me incorporara para verme bien… y así me vió, con la luz de la mesita de noche mientras cabalgaba su polla y su dedo acariciaba mi clítoris (cosa que nunca me habían hecho). Y se incorporó y nos pusimos enfrentados, con nuestras miradas que se dirigían a su polla entrando en mi coño… esa imagen no se me puede borrar… su polla con muchas venas entrando en mi estrechito coño mientras mis tetas no paraban de moverse de un lado hacia otro…
Como no teníamos condones y la cosa ya empezaba a desmadrarse, paramos y dijimos de terminar comiéndonos… por lo que lo tumbé y le puse mi coño en su boca y yo mi boca en su polla. Y empezamos a comernos… su polla tenia sabor a mi flujo pero estaba muy buena mientras él, con la lección aprendida, me lamía el clítoris y metia un par de dedos con mucha delicadeza.. pero estaba tan caliente que me corrí rápidamente en su boca lanzando un gemido intenso… fue un orgasmo espectacular… cuando recobré la respiración, seguí mamándosela con mucho arte y ya sin prisa ninguna… hasta que noté que se corría y no me dio tiempo a apartarme, cayendo gran parte de su semen en mi boca, cara y pelos…
Una vez terminados, nos fuimos a la ducha… ahora es cuando se me venía a la cabeza mi madre, pensando lo que me diría cuando me viera el pelo mojado… pero eso sería ya otro cantar. Nos duchamos juntos y su polla de nuevo quería guerra, pero al haberse corrido y no tener condón, no la volví a meter…pero me masturbó de nuevo y volví a correrme ahora agarrada a su hombro porque mis piernas se desplomaban… uffff.
Como buen caballero me dejó en mi apartamento ya con la mañana en su esplendor, y nos despedimos quedando en vernos en invierno en Granada, donde compartía piso (pero ese encuentro lo contaré en mi próximo relato).
Tras esa infidelidad, seguí con mi ex 6 meses más, aunque terminó todo como no podía ser de otra manera.
Espero que os haya gustado el relato de mi primera experiencia de infidelidad cuando aún era una jovencita.
Besos, Daniela.